La amplia oferta artística y cultural de Trondheim se ha visto reforzada con la inauguración del Posten Moderne Kunstmuseum, POMO, cuya fachada corona el divertido arco iris de Ugo Rondinone “Or Magic Hour”
Parece el Guggenheim, pero está en Noruega: así es el nuevo museo de arte moderno contemporáneo
POMO, que abrió sus puertas el pasado 15 de febrero, se convierte en la casa definitiva de 15 obras de Edvard Munch
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La región más fría del país se derrite ante la apertura del POMO, museo de arte moderno contemporáneo. La conocida como capital noruega del conocimiento, añade nuevos estímulos culturales a la población y suma una nueva razón para visitarla a quienes no lo hayan hecho aún.
De la ciencia, militar, de la historia natural, de instrumentos musicales, marítimo, del folclore, del rock, interactivos, didácticos, a las afueras, en pleno centro, para jóvenes o para quienes no lo son tanto. En la región de Trondheim, sabedores de que el consumo de cultura no depende del tamaño de la ciudad sino de las facilidades que se den a la población para hacerlo, han apostado por un consumo ilimitado, muchas veces gratuito, y que en la medida de lo posible permita una segunda vida a edificios históricos sin deteriorar la naturaleza que les rodea.
Se trata de un destino verde del que los niños, con sus mochilas al hombro, disfrutan desde temprana edad provistos con vestimenta adecuada para hacer frente a la frecuente nieve, habitual lluvia, la pertinaz niebla y, en ocasiones, al sol. Serán ellos los que años después sustituyan el macuto infantil por apuntes con los que acuden a las bibliotecas y visitan museos.
Tras las obras en interior que han supuesto una importante inversión POMO, que abrió sus puertas el pasado 15 de febrero, se convierte en la casa definitiva de 15 obras de uno de los artistas noruegos más internacionales y precursor del expresionismo, Edvard Munch. Entre ellas una de las versiones de “Scream”, el grito, su obra más famosa.
Un grito en el que tanto Ole Robert Reitan, propietario de la colección, como Monica Tønnesen Reitan ,la presidenta del museo, han depositado la ilusión de que logre el “efecto Bibao” y atraiga a la ciudad tanto público como lo hizo el Guggenheim.
La reforma del histórico edificio de correos ha conservado la esencia del inmueble de fachada Arte Nouveau. Construido a comienzos del pasado siglo con un moderno interior al que ahora han dotado de total accesibilidad. A las propuestas permanentes se sumarán exposiciones temporales como la que a partir de agosto acercará durante tres meses a Picasso, quien reflejó el dolor causado por el bombardeo alemán en Gernika, su cuadro más internacional que no estará en la exposición.
: India Padami firma varios trabajos como la llamativa escalera amarilla o la acogedora sala de lectura en la que la madera ha sido decorada por dos artistas pictóricos. Los trabajos de Warhol , con su mirada al régimen de Mao y los de Cui Jie, con el desarrollo posterior del país asiático, se complementan
POMO abre los jueves hasta las 10 de la noche convirtiéndose en lugar de conexión, como lo eran las cartas el pasado siglo y ahora las sesiones de jazz, conciertos, obras de teatro o las actividades para jóvenes y niños.
Uno por cada nueve habitantes. En una ciudad de poco más de 200.000 habitantes existen más de una veintena de museos, en su mayor parte en el centro y a corta distancia entre sí.
Bajo el lema “MATER” la Trienal de Hannah Ryggen exhibe en distintos museos los enormes tapices con los que la artista cuestionó la guerra y denunció el fascismo. Trabajando desde una aislada granja en Ørlandet, Ryggen desarrolló una potente mirada feminista. Su tapiz Mother’s heart, expuesto en Kuntstindustrimuseum, es un relato de los complejos sentimientos de la maternidad, tema que también desarrolla Elia Storsveen con “The Birth” en Kunstmuseum.
Trondhems Kunsthorein enseña la labor realizada por Ingrid Viksom con textiles agrupados bajo el título “The silent lenguaje”. Kristine Fornes y Marthe Kampen en Dropsfabrikken con “Telling threads” exponen sus tejidos teñidos a los que incorporan citas históricas. Todas ellas, artistas, son auténticas guerreras sin armas.
THE MATHERS HEART
A los artistas locales, dedica buena parte de su espacio Kuntsal y entre los espacios veteranos destaca Trøndelag Centre for contemporary art, fundado en 1976. Intimidante desde el exterior y con sorprendente interior resulta K-U-K, abierto en 2021, consolidado como una de las galerías más visitadas del país.
Gubalari, un restaurante rodeado de arte “gancho” para la posterior visita al museo K-U-K
En Kristiansten Fortress, una batería artillera del siglo XVII accesible cuando ondea la bandera en lo alto, se puede visitar el museo de historia local al mismo tiempo que se disfruta de algunas de las mejores vistas y se atisba donde se encuentran los edificios más significativos de esta ciudad vanguardista.
Sin duda Gamle Bybro, símbolo de la ciudad, sigue siendo la imagen más fotografiada, aunque desde la fortaleza de Kristiansten, las vistas son interesantes.
La llegada de cruceros es cada vez más frecuente. El atraque se aprecia desde la península de Lade, un barrio con pequeñas playas que durante la Segunda Guerra Mundial se transformó en base aérea alemana.
Hasta allí se llega caminando desde el centro de la ciudad. Solo hay que dirigirse hacia Korsvika y seguir hasta Ladekaia y Sponhuset para disfrutar de las impresionantes vistas del inicio del fiordo. El recorrido puede concluir con la visita a Ringve, el museo de la música. Perfectamente señalizado y sin dificultad, se entiende que sea una de las excursiones más populares.
: La península de Lade bordea el fiordo, histórica vía fluvial de la época vikinga, permitiendo ver en recorrido una de las iglesias de piedra más antiguas del país.
Hasta Brekstad, en el extremo más alejado del borde del fiordo, se llega en coche o ferri rápido. Actualmente, en Galleri Hans, Márjá Karlsen, artista y activista sami, desarrolla sus trabajos de artesanía tradicional duodji.
Unos kilómetros más adelante se encuentra Austrat Fort, una fortificación construida por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial y estratégicamente ubicada a la entrada del fiordo, al que apunta una gran torreta de tres cañones procedente del acorazado Gneisenau. Puede ser visitada junto con los túneles y búnkeres que oculta.
Alemania interesada en acceder a las minas de hierro suecas a través de Noruega, invadió el país en 1940 y comenzó a construir fortificaciones en la costa. Una de ellas fue el fuerte Austråt que pasó a manos del ejército noruego al finalizar la segunda guerra mundial.
La región es un mosaico maravilloso de colores distribuidos hábilmente por la naturaleza, a la que sabiamente acompañan sus habitantes, afanándose en reavivar las tonalidades de sus viviendas con la llegada del primer rayo de sol.
Las granjas, queserías, fábricas de bebidas, panes o helados que surten de producto local a todos los habitantes, museos en sí mismos, son igualmente parte de la experiencia gastronómica de la Ruta Dorada por la tranquila península de Inderøya.
La idea surgida hace casi 30 años, sirve para admirar prístinos paisajes y proseguir disfrutando del arte. Nil Aas, artista originario de Inderøy a cuyos trabajos se le ha dedicado un pequeño museo, cedió varias de las obras instaladas en el parque Muustro, diseñado para eventos culturales y actividades de todo tipo.
Comer y dormir
No concebido como tal, el Hotel Britannia, situado frente a POMO, podría pasar por una galería de arte. En el hall cuelga un gran cuadro de Ida Ekblad y en sus pasillos trabajos de Håkon Bleken, uno de los más reconocidos pintores locales, recientemente fallecido. Buena comida y atención en Brasserie Britannia.
Senllanraa, es no solo un restaurante rodeado de libros y obras de arte colgadas en sus paredes, sino el lugar de celebración de eventos de la Casa de la Literatura de Trondheim.
Gubalari, además de impresionar con el local custodiado por dos inmensas esculturas de Killi-Olsen, lo hace con sus tradicionales recetas noruegas a un precio “asequible”.
En Brekstad resulta interesante visitar Hovde Gård, actualmente hotel y restaurante que hace un siglo albergaba la escuela de ciencias domésticas. Es un buen punto para explorar el fiordo y la península de Fosen.
Øyna Kulturlandskapshotell, en Inderoy, tiene probablemente una de las mejores, si no la mejor, vista del fiordo. El hotel, de solo 18 habitaciones integradas en el paisaje, ofrece una panorámica sobre 10 municipios. Su restaurante y Sky bar son un plus.
Curioso el local de Kjerringa me Straumen, en Inderøy, donde lo mismo te puedes comprar un vestido de segunda mano que tomarte un helado casero.
Pasear
Incluso para una estancia corta en Trondheim es aconsejable tomar el tranvía y dirigirse hasta Bymarka Lian es la última parada desde donde se pueden iniciar incontables rutas.
En Inderøy los serpenteantes senderos pueden recorrerse en bicicleta y nunca está de más caminar por Brekstad.
