Para las democracias liberales los medios de comunicación son fundamentales ya que realizan la imprescindible función de ser transmisores de la información política desde los lugares que se producen (instituciones, partidos, políticos, sindicatos, organizaciones y asociaciones) hasta la ciudadanía.
El debate del papel de los medios de comunicación es complejo en los momentos actuales en los que vivimos. Por un lado, existe una evidente deslegitimación de ese papel fundamental de los medios. La polarización ideológica, la mala calidad de la información (inundada de info-entretenimiento) y la irrupción de nuevos actores en la esfera informativa han dañado el papel de los medios de comunicación hasta el punto de no saber hoy en día si los medios favorecen o perjudican a la democracia.
No obstante, la culpa no recae en estos medios de comunicación clásicos. Los ya comentados nuevos actores y las redes sociales e internet han supuesto un cambio disruptivo en las nuevas formas de comunicación notable para el conjunto de la sociedad y más en concreto en lo que tiene que ver con los jóvenes.
En Euskadi, durante muchos años vivimos en una especie de isla informativa. Las redes sociales eran vistas por una parte importante de la juventud con cierto recelo y desconfianza, aunque los medios de comunicación clásicos tampoco gozaban del agrado de las jóvenes generaciones. Estábamos ante la llegada a la vida política de los millenials, críticos, desconfiados y “desarraigados”. Esto ha cambiado.
Los datos extraídos del último Sociómetro publicado por el Gobierno vasco muestran que los jóvenes vascos de la Generación Z tienen a las redes sociales como principal fuente de información (33%)
Los datos extraídos del último Sociómetro publicado por el Gobierno vasco muestran que los jóvenes vascos de la Generación Z tienen a las redes sociales como principal fuente de información (33%). Para estos jóvenes, la televisión sigue siendo una fuente importante de información (25.9%). La tercera fuente de información para los jóvenes de la Generación Z son los periódicos en internet (20.5%). El resto de los medios de comunicación tiene una presencia casi testimonial. La radio (7.1%), los periódicos en papel (4.5%), los podcasts informativos (3.6%) son medios que no informan a los más jóvenes.
Evidentemente, el resto de las generaciones tienen un comportamiento muy diferente a los Z. Para las generaciones Millenials, X, Bommers y Silenciosa, la televisión es el medio principal para informarse y las redes sociales van reduciendo su presencia según se avanza en edad. Es destacable el buen comportamiento que tiene la radio entre los Boomers (32.1%).
La conclusión, que a priori puede parecer sencilla, no lo es tanto. Cualquier analista puede concluir que los jóvenes son más susceptibles a la influencia de los nuevos medios de comunicación y que por tanto son, a su vez, más proclives a ser víctimas de campañas de desinformación y bulos.
Nada más lejos de la realidad. Los jóvenes de la Generación Z desconfían casi en la misma medida de las noticias que le llegan a través de las redes sociales. De hecho, Generación Z, Millenials, Generación X y Boomers creen en más de un 80% que la información falsa que llega a través de redes sociales es mucha o alguna. La confianza que otorgan al resto de medios no varia según se cambia de generación y si bien le televisión tiene niveles altos de desconfianza (entre el 60% y el 70%), son la radio y la prensa escrita los medios que menos percepción de falsedad tienen en todas las generaciones.
Las escasas diferencias en esta materia entre generaciones se mantienen en las siguientes preguntas que encuentro interesantes. En primer lugar, no hay diferencias en la percepción que tiene cada generación a la hora de identificar la falsedad de una noticia (llegue de donde llegue). Algo más del 70% estarían en los rangos de inseguridad (Creen que sí o no están muy seguros), mientras que entre el 10 y el 15% aseguran poder diferenciar una noticia falsa de otra verdadera.
Otro aspecto importante para tener en cuenta es si los entrevistados afirman comprobar la veracidad de las noticias y en que frecuencia lo hacen. Los resultados son sorprendentes ya que solo Boomer y Generación Silenciosa afirman no comprobar las noticias de forma regular, mientras que la mayoría del resto de generaciones dice hacerlo “muy a menudo”, “a menudo” o “de vez en cuando”.
Los más jóvenes reciben más impactos informativos del espacio poco controlado y descentralizado de las redes sociales, pero eso a priori no les hace más indefensos a las campañas de desinformación ya que conocen la realidad del entorno en el que se mueven y, en principio, saben diferenciar y reaccionar a las noticias falsas
Una vez analizadas los datos del último Sociómetro podemos concluir que es cierto que los más jóvenes reciben más impactos informativos del espacio poco controlado y descentralizado de las redes sociales, pero eso a priori no les hace más indefensos a las campañas de desinformación ya que conocen la realidad del entorno en el que se mueven y, en principio, saben diferenciar y reaccionar a las noticias falsas.
Otra conclusión que me parece pertinente es la falta de crédito y credibilidad de no solo las redes sociales, sino también de la televisión y prensa digital. Los lectores ya se habrán percatado de que los medios donde se cree que se difunde menos bulos son los medios menos seguidos(prensa escrita y radio). En materia de medios de comunicación también hay cuestiones de fe.
La situación en general no es buena. La ciudadanía percibe a los medios como excesivamente politizados, influenciados y puede que manipuladores. Debemos recuperar el prestigio de la profesión periodística, la credibilidad de los medios de comunicación y esto no solo debe implicar a ciudadanía, también a políticos y a periodistas.